El fiscal nacional, Jorge Abbott, dio una entrevista a La Tercera el domingo pasado en que detalló su “doctrina” respecto del financiamiento irregular de la política, que desde hace más de un año ha estado en el debate público en los casos Penta, SQM y Corpesca, y que tiene, hasta ahora, sólo condenado al ex senador de la UDI, Jovino Novoa.
El máximo dirigente del Ministerio Público, designado por la Presidenta Michelle Bachelet en diciembre pasado, admitió que “queremos buscar una fórmula para acotar las investigaciones y darles un pronto término”, y relativizó la posibilidad de formalizar a la veintena de personas del comando de Bachelet que emitió facturas para la empresa AyN de Giorgio Martelli, quien sí está imputado.
“Es difícil establecer la existencia de algún delito en la relación entre estas personas naturales y SQM. Por cierto que sí la hubo entre la empresa del señor (Giorgio) Martelli y SQM“, señaló Abbott.
Para analizar sus declaraciones, “El Líbero” entrevista a Pedro Orthusteguy, fiscal por 13 años y ex presidente de la Asociación Nacional de Fiscales (ANF), y actualmente abogado querellante en los casos Penta, SQM y Corpesca a través de la fundación Ciudadano Inteligente.
-¿Cuál es su opinión sobre la llamada “doctrina Abbott”, de “acotar las investigaciones y darles un pronto término”?
-Me parecen expresiones inadecuadas en investigaciones vigentes y con fiscales regionales y adjuntos dirigiéndolas. El fiscal nacional no puede dar instrucciones particulares en estos casos por estar vedado en el artículo 17 letra a) parte final de la ley 19.640. Desde que decidió reasignar los casos de “platas políticas” perdió su potestad para dar instrucciones en los mismos, está prohibido expresamente.
-Respecto a si existe un “acuerdo de no tocar a los Presidentes”, Abbott señaló que “debemos ser cuidadosos en el resguardo de las instituciones. Las responsabilidades penales son personales, no institucionales, y en eso tenemos que ser particularmente respetuosos de no afectar la institucionalidad de la República”. ¿Qué opina?
-Los fiscales del Ministerio Público se deben a la sociedad en su conjunto antes que a las instituciones o a personas particulares. No me gusta el término “cuidadoso”, como si la Fiscalía fuera un elefante en una cristalería, prefiero el término “riguroso”.
-Sobre SQM, Abbott indica que si bien Martelli ha sido formalizado, irá a juicio y será condenado; hay otras personas que mantenían contratos con AyN pero no tenían contacto con SQM. Por lo tanto, hay casos en “los que no hay motivos que justifiquen una querella”. ¿Es correcta la diferenciación que se realiza? ¿Es diferente a lo que se hizo con Penta?
-Creo que la Fiscalía ha tenido una mano derecha mucho más rigurosa, y eso se debe a la falta de equilibrios políticos en el Ministerio Público que siempre he denunciado. Por eso es muy preocupante que el fiscal nacional insinúe el pronto término de estas causas.
-El abogado Juan Pablo Hermosilla -quien representa a Jaime de Aguirre- señaló en radio Agricultura que “es gravísimo que el fiscal vuelva a usar la expresión prudencia. Me pregunto a qué se refiere en concreto cuando dice que los fiscales tienen que ser prudentes, o sea, tienen que ir con la rienda corta… es inaceptable”.
-Estoy de acuerdo con Juan Pablo, ¿qué significa ser prudente? Este caso no se habría destapado si no es precisamente por la “imprudencia” de un fiscal. En el Ministerio Público hace años que se controla vía instructivos generales del fiscal nacional que los fiscales no actúen de oficio, si bien la ley permite que actúen de oficio, los “jefes” quieren tener a todos ordenados a su gusto. Yo aplaudo y felicito a los fiscales con pantalones e “imprudentes” si eso permite destapar casos como el financiamiento irregular de la política. Necesitamos más fiscales así.